NO HAY PEOR TURISMO QUE EL DE BORRACHERA

     

    Tal y como dice Sabina, "cuando era más joven" las salidas nocturnas equivalían a intentar pasárselo bien. Buen instrumento para ello era el alcohol que te ayudaba a alegrarte, a soportar la machacona música house de las discotecas, a que, en definitiva, no se te hiciese tan larga la noche. ¿Inconvenientes?. El dolor de cabeza de la resaca del día posterior, sobre todo si habías bebido garrafón. Todo esto, empero, lo dabas por bueno. De esa noche, solo te quedas con lo positivo: lo bien (no digo lo "genial") que tú y tu pandilla os lo habéis pasado. Con esto volveís a repetir otro fin de semana, y otro, y otro ...¿El principal perjudicado?. Vuestro hígado. Cada fin de semana que se sale con el solo propósito de emborracharse no es sino un ladrillo más en las futuras enfermedades hepáticas por no hablar del cáncer.

        Los jóvenes, desgraciadamente, no son conscientes de ello. Así muchos (sobre todo ingleses) acuden en masa a sitios tan bellos por otras razones como Magaluf (Mallorca) para emborracharse y no resulta extraño ver imágenes tan vomitivas como las de un chaval bebiendo alcohol a través de un embudo. Los hosteleros tan contentos porque salvan de esta manera una temporada bastante floja. Una vez ebrios, regresan al hotel ¿para dormir la mona?. No, ¡qué va!. Para hacer una práctica tan repugnante como es el balconing que no es otra cosa que lanzarse a la piscina del hotel desde el balcón de su habitación. Muchas de éstas se encuentran en el quinto piso o superior del hotel. No resulta extraño que muchos intentos de balconing acaben con la muerte del insensato que la ha practicado. Resultado: familia rota y desconsolada. Esta forma de hacer el gilipollas recibe el nombre de TURISMO DE BORRACHERA. Un tipo de turismo que trae como consecuencia a familias rotas y desconsoladas. Culpables: la sociedad, lo accesibles que están las bebidas alcohólicas... Muchos menores de edad echan mano de la picaresca para acceder a ellas. Un turismo, en definitiva,  que hay que erradicar cuanto antes.  

 ¡HASTA LA SEMANA QUE VIENE (la última antes de las vacaciones), CRÁPULAS!