ÉRASE QUE SE ERA. Cuento para niños

 Érase que se era, queridos niños, un país que en tiempos fue dirigido por un rey que con el paso de los años se fue volviendo más y más corrupto. El propio rey al darse cuenta de ello no tuvo más remedio que abdicar dejando que el marrón se lo comiese su hijo y exiliarse a Oriente y eso que no era Rey Mago. Y eso que al frente de la investigación de su "presunta" corrupción estaba su amigo el Fiscal Jefe Procorrupción. Resultado: a pesar de la abrumadora presencia de pruebas en su contra, este "Fiscalillo" decide perdonarlo archivando los casos que tenía abiertos en ese país. Un país en el que a un pobre hombre por el mero hecho de haber robado un plátano le pueden meter en prisión. El partido de este "Fiscalillo" ya lo habéis adivinado, es el que celebra su santo cada 19 de marzo. Su ideología es, claro está, conservadora. A este partido le ha hecho un último favor archivando el caso de las mascarillas que estaba afectando al hermano de la presidenta de la Comunidad Autónoma a la que pertenece la capital de este curioso país. Este pecado, queridos niños, tiene un nombre muy feo: prevaricación. Consiste en dictar sentencias sabiendo que son injustas. Este pecado fue lo que le costó injustamente la carrera a Baltasar Garzón.   

    Érase que era un país en el que el Tribunal de Cuentas era de todo menos el supremo órgano fiscalizador de las cuentas del Estado. Este tribunal tiene la particularidad de estar ¡como no! muy politizado. Pero si hablamos de órganos inútiles ¡qué decir del Senado!. Este en vez de ser, como dicta la Constitución, una Cámara de Representación Territorial es en realidad una Cámara de Segunda Lectura donde acaban los proyectos de ley tras su paso por el Congreso. Es, además, un cementerio de elefantes donde acaban su carrera la mayor parte de "sus señorías".

    Érase que se era un país en el que ese partido político cuyo santo es el día de las Fallas valencianas, tenía secuestrado el poder judicial al negarse de manera absurda a renovar el supremo órgano de los jueces. Muchas de las sentencias están viciadas por esta falta de renovación. Recordemos, niños, que las sentencias de este tribunal no se pueden recurrir. Para mayor desgracia, el partido de Gobierno está fuera de la realidad y se niega a adelantar las elecciones (que en aquel país llaman "Generales") pese a los continuos varapalos que se está llevando elección tras elección autonómica y a pesar de lo mal que se lleva con su socio de Gobierno. Un socio amigo de esos terroristas domésticos llamados "okupas" a los que se les ha elaborado una ley que les favorece. Uno puede irse de vacaciones y encontrarse a la vuelta su casa llena de esta gentuza. A los que no se les puede cortar ni la luz ni el gas so pena de acabar el propietario en la cárcel. ¿Lo comprendéis, niños?. Y ¡ojo con cambiar esta injusta y chapucera ley!. Los socios de Gobierno se pueden enfadar. 

    Érase que se era un país, por consiguiente por todo lo dicho con una pésima salud democrática. Ese país, supongo que ya lo habéis adivinado, responde para nuestra desgracia al nombre de España. Los únicos culpable de este sindiós son los políticos que para mal tenemos en nuestra "piel de toro".