"OPERACIÓN BARRIO INGLÉS", UNA BUENA SERIE INJUSTAMENTE MALTRATADA POR TVE
Hay ocasiones en que el ente público TVE se comporta de una manera fuera de toda lógica. Eso es lo que ha pasado con Operación Barrio Inglés una buena serie maltratada (y mal tratada) por esa casa de tócame Roque que financiamos todos los españoles. No solo han hecho el ridículo con el cambio de presidente efectuado sin mediar ningún tipo de explicación sino que con respecto a ciertas series españolas o bien tras haberlas publicitado las guardan misteriosamente en un cajón (El detective Touré, que ya se emite por ETB1) o programan los primeros capítulos en horario "estelar" (a esa intempestiva hora de las once de la noche) para luego dado que el respetable le ha dado la espalda pasarla al domingo y los últimos capítulos en la madrugada-mañana del domingo al lunes. Esto es lo que ha ocurrido con Operación Barrio Inglés Un profano cree que si en TVE hubiesen sido más pacientes, la serie habría triunfado ya que lo tiene todo: acción, espionaje y un triángulo amoroso formado por la protagonista, el gobernador de Huelva (Rubén Cortada), y el espía Peter Smith (Peter Vives).
La serie está centrada al comienzo de la II Guerra Mundial, cuando España había salido de su cruenta Guerra Civil. Lucía Valbuena (la bellísima Ana Bedmar) comienza a trabajar en el equipo de secretarias de las oficina de la sociedad de las Minas de Riotinto situada en la ciudad de Huelva. Lucía es, además la prometida del gobernador de la provincia (Rubén Cortada). Pocos saben que ese trabajo no es sino la tapadera de su labor como agente doble tanto de los nazis como de los británicos. Tarea que se ve obligada a asumir cuando descubre por accidente la guarida secreta de los británicos conocida como "sala de guerra". Allí Lucía conoce al "segundo de abordo" de ese grupo de espías: Peter Smith (Peter Vives) del que acabará enamorándose. La jefa es una Miss Parker (Sue Flack) que al principio muestra reticencias para aceptar a Lucía como espía para al final acceder. Mientras espera al día de la boda, Lucía vive con sus padres. Tiene además un hermano de nombre Juan que morirá al intentar salvar al embajador británico de una bomba puesta por la supuesta hija del jefe de la delegación nazi en Huelva Schneider (Stefan Weinert). Juan está casado con Amparo (Beatriz Arjona). Otros personajes importantes son el padre del gobernador encarnado por Juan Gea que, a pesar de estar casado, ha violado a la madre de Lucía dejándola preñada de ésta y ha intentado lo propio con la propia Lucía.
Con todos esta trama lo normal es que la serie sea, al menos interesante. En primer lugar, las interpretaciones son bastantes convincentes. Ana Bedmar lo clava en su papel de la espía doble Lucía Valbuena. Otro tanto se puede decir de Peter Vives como Peter Smith o Rubén Cortada en su papel de Gobernador de Huelva. A este último ya le habíamos visto en otras series como El Príncipe (Telecinco) o Olmos y Robles (en TVE junto al riojano Pepe Viyuela). Pero sobre todo merece subrayarse el papel del alemán Stefan Weinert como el jefe de la delegación alemana Schneider. Encarnando al malo de la serie roza la perfección. ¿Qué decir un Juan Gea (El ministerio del tiempo, TVE) como el abominable Enrique el padre del Gobernador?. Resulta creíble.
Del guión puede decirse que es aceptable. De tal modo que la serie resulta entretenida. Todos los capítulos te mantienen pegado al sofá desde el minuto uno. El rigor histórico, esto es la dirección de arte, es, asimismo, excelente así como el vestuario.
Dicho todo esto, resulta increíble que el público haya dado la espalda a esta magnífica serie. Casi se puede decir que el último capítulo pasó desapercibido. Solo fue visto por 121000 espectadores con un paupérrimo 4,5 de share. Quizá tuvo que ver en estas cifras el injusto maltrato hacia la misma por parte de los "lumbreras" de TVE relegándola a altas horas de la madrugada del domingo al lunes, día en el que la mayor parte de los españoles trabajamos teniendo que madrugar por consiguiente. Pensando mal, este humilde bloguero cree que la causa de este maltrato tenga algo que ver con mantener contento a ese partido de la ultraderecha llamado VOX. Ahí lo dejo. Afortunadamente la plataforma RTVE Play (donde la he visto) es el remedio contra las "hazañas" de los programadores de la televisión pública. Dejando todo esto aparte, le otorgo como nota final un total de SIETE ALBÓNDIGAS (sobre diez).
¡HASTA LA SEMANA QUE VIENE, CRÁPULAS!

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