AÑO 2034. LA ESPAÑA DEL CAUDILLO 2.0 ALBISE (Y III)
Tras serme comunicado el fatal veredicto, fui conducido de nuevo a la celda de aislamiento donde como dice el poeta "no sabía ni cuando era de noche ni cuando los días son". Había, empero, una sola diferencia: esta vez ya no había música y, a una determinada hora, se apagaba la bombilla que iluminaba la "suite". Dolorido, por las palizas recibidas durante las torturas, y con el estomago vacío dado que llevaba varios días sin comer (lo único que se me ofrecía para comer era una bazofia llena de lombrices y moscas), tuve muchas dificultades en pegar ojo. Eso a pesar de que llevaba mucho sueño retrasado. La mayor parte del tiempo lo pasaba pues en un duermevela en el que una idea se me hizo obsesiva. Esa frase final pronunciada por el juez: "¡Qué Dios se apiade de su alma!". Pero "¿Qué Dios?. ¡Si Dios no existe!" pensaba. "Cuando me fusilen, ¿qué?. Por lo menos no viviré en este régimen de mierda". Creo que me estaba volviendo loco. No ...